viernes, 4 de abril de 2014

Oremos hermanos.



Prácticamente eso fue lo que nos dijo la flamante vicepresidenta de la república al enterarse del ataque armado contra dos alumnas –hermanas- del Instituto Normal Centroamérica, el mismo que ocasionó la muerte de una de ellas y tiene a la otra en estado delicado. 

“Pero no entendemos, cómo puede ser que puedan atacar a niñas que van a estudiar, de verdad eso ya es mucha enfermedad. Y le pedimos a Dios que nos cuide y que nos bendiga y que no sucedan este tipo de cosas”. Declaraciones de la vicepresidenta Roxana Baldetti.

O sea pues, algo así como que no deben atacar a las niñas que van a estudiar pero a las otras sí, si atacan a las que estudian es enfermedad y si atacan a las que no, no pasa nada seguramente “en algo andaban”,  “saber ni en qué andaban metidas”, “ por putas de seguro”. Es decir el feminicidio  es justificable según las declaraciones de la señora, todo dependiendo  del  nivel de la sociedad al que  pertenecía la víctima, a qué se dedicaba, qué tipo de amistades tenía, qué lugares frecuentaba y si tenía novio, amante o esposo. Las que tienen novia, amante o compañera no son clasificables porque en Guatemala las personas homosexuales son culpables de toda la violencia que puedan recibir por parte de la sociedad, no son merecedoras de  la justicia porque la justicia no defiende a  “aberraciones de la naturaleza” a esas almas impuras que lo que merecen es arder en el infierno, por eso oremos hermanos.

Siendo Guatemala un país de doble moral, de cucuruchos, tres golpes de pecho y alfombras - no solo en Semana Santa-, las declaraciones de la señora vicepresidenta vienen a caer como anillo al dedo. En lugar de salir a manifestar  y exigir un  alto a la violencia abarrotemos las iglesias y oremos, pidamos al Santo Sepulcro que nos libre de  La Muerte Quirina, vámonos haciendo romería hasta la Esquipulas  -en la caravana de buitres- y pidamos al Cristo Negro -o a Quirio Cataño- que nos libre de todo  mal ya que el Gobierno del país está ocupado en desfalcar, vender y extraer lo poco que le queda a Guatemala.  Y nosotros pueblo indigno necesitamos lavar nuestras culpas y desvergüenza, nuestra deslealtad y mezquindad, aprovechemos entonces  la invitación de la vicepresidenta y oremos hermanos.

Para quien disfrute de las bebidas espirituosas puede cambiar de oración y de romería y dirigirse con su cargamento  a visitar a Maximón, le fuma el puro y comparte del agua bendita y sus pecados serán lanzados al pozo del olvido por lo menos  mientras le dura la goma de tres días.

Es inconcebible que  una autoridad gubernamental como lo es la señora vice, explique la violencia con este tipo  de declaraciones  que más que una burla al dolor de la familia de las víctimas es un aplauso a la impunidad que ellos mismos como Gobierno se han encargado de sostener.

Mientras una declara que hay que orar –hincados en granos de máiz- el señor presidente –genocida- aprovecha la noticia para caminar por la alfombra roja –por tanta sangre derramada- y hacer acto de presencia en el  hospital  a donde fueron llevadas las víctimas, con la única finalidad de ser el centro de atención del momento, atribuir a  su administración  el estar al pendiente de la investigación.  Mucho ayuda quien  no estorba. Muchas son las obligaciones que tiene como presidente de la república y que no cumple  como para  que abuse y  ande chumpipeando.

No necesitamos sus declaraciones de Agente 007, lo que urge  es que  finalmente se ponga a trabajar que es lo menos que ha hecho en el tiempo que lleva ejerciendo como presidente.

Y nosotros pueblo de miseria, de inconciencia, descarado, sumiso, ruin,  acomodado, holgazán, mezquino y solapador tenemos como única salvación como bien lo  ha dicho la distinguida y recatada vicepresidenta de la república: hincarnos y orar día y noche para que el dios de los amodorrados sea quien se encargue de exigir   justicia ya que nosotros somos unos viles espectros  que hedemos a indiferencia.

Ningún tipo de violencia es justificable, ninguna muerte, más aun el feminicidio. Sigamos durmiendo que ya será la impunidad la encargada de despertarnos cuando toque a nuestra puerta y ahí sí, ni orando, ni orando vamos a poder con ese dolor.  Ya usted dirá si se echa un guacalazo de agua fría y se sacude la apatía, se le quita lo vasallo   o duerme  con su gusto y con su gana en la tranquilidad de la sumisión.  Mientras se averigua, KEEP CALM AND OREMOS HERMANOS.

Ilka Oliva Corado.
Abril 04 de 2014.
Estados Unidos.











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