miércoles, 27 de noviembre de 2013

Honduras: Maniobras, Fraude y derrota electoral

Honduras: Maniobras, Fraude y derrota electoral
El resultado de las elecciones del pasado 24 de Noviembre en Honduras, tiene un sabor amargo y un efecto político similar al golpe de Estado del 29 de Junio del 2009: permite que los grupos minoritarios de empresarios se mantengan en el poder, contra la voluntad de la mayoría de los hondureños que ejercieron el derecho al voto, con la diferencia que en este caso no utilizaron mecanismos violentos, sino que utilizaron el antidemocrático sistema electoral del bipartidismo para engañar a las masas y cumplir sus objetivos.
Las encuestas, como siempre, reflejaron parcialmente la realidad. La crisis económica provocó un enorme descontento popular y, contradictoriamente, desarrolló ilusiones democráticas en las masas populares. En las fraudulentas y dudosas elecciones del 2009 participó el 49% de los electores, cuatro años después en 2013 votó el 61%del padrón electoral. Pero esta inusual alta participación de los votantes no fue suficiente para otorgar la victoria a Xiomara Castro, candidata del partido Libertad y Refundación (LIBRE).
Estas elecciones son fraudulentas porque el sistema electoral está diseñado para perpetuar a los grupos oligárquicos en el poder. El fraude no implica solo el cambio de boletas en las urnas, o la compra de votos con los recursos del Estado bajo la cobertura de programas asistencialistas, sino que es un proceso mucho más complejo, planificado desde las alturas del poder. Ante el enorme descontento social, el gobernante Partido Nacional optó por descompresionar la sociedad, abriendo espacios de participación a otras fuerzas políticas emergentes como el Partido Anticorrupción (PAC), una maquiavélica creación de los grandes medios de comunicación, o el Partido LIBRE que agrupó al fenómeno de masas conocido como “resistencia popular”.
Salvador Nasralla, candidato presidencial del PAC, mantuvo un agresivo discurso electoral contra el sistema político, logrando atraer a la clase media a través de una ideología de derecha. Su principal misión fue agrupar el descontento del voto independiente (y en cierta medida lo logró con el 15% de los votos) y con ello impedía cualquier triunfo electoral del partido LIBRE. La fragmentación del descontento popular, expresado en las votaciones de LIBRE y del PAC, y en menor medida en el voto cautivo del Partido Liberal (PL), permitió al Partido Nacional, con su voto duro, ganar las elecciones con 34% de los votos.
Si sumamos los votos de LIBRE, el PAC y el PL, tenemos que el futuro gobierno del Partido Nacional, encabezado por el presidente espurio Juan Orlando Hernández, será un gobierno de minoría, mucho más débil que el de Porfirio Lobo. Esta situación se reflejará en la composición del Congreso Nacional donde ninguna fuerza política tiene la mayoría absoluta, para imponer leyes y decisiones, lo que presagia la realización de peligrosas alianzas y oscuras negociaciones.
Aquí es donde comprobamos, una vez más, la esencia antidemocrática del actual sistema electoral en Honduras: un partido minoritario puede llegar al gobierno, pisoteando la voluntad de la mayoría de la población. Y la mayoría no votó por Juan Orlando Hernandez!!
A diferencia de Nasralla, que fue mucho más agresivo, la candidata Xiomara Castro mantuvo un discurso cándido y conciliador, creyendo que de esa manera podía atraer el voto independiente. ¡¡Craso error!!
Xiomara castro se proclamó presidenta de Honduras el día 24 de Noviembre, pero ni ella ni la conducción del partido LIBRE han llamado a la movilización popular para defender el supuesto triunfo electoral. Mientras el tiempo pasa, Nasralla y el PAC nos han vuelto a dar otra sorpresa: es el único partido que ha impugnado oficialmente los resultados electorales.
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama al pueblo a no reconocer los resultados de las elecciones fraudulentas, y exhorta a la conducción del partido LIBRE que convoque a la población a defender el supuesto triunfo electoral proclamado por Xiomara Castro. No basta con impugnar las elecciones, se requiere demostrar al país que la mayoría de la población apoya el proyecto presentado por LIBRE, y eso solo se puede mostrar con la movilización en las calles. Después habrá tiempo para discutir un balance de lo ocurrido.

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