miércoles, 27 de febrero de 2013

Miguel Sisay: músico, guerrillero y... sanitario

 Por Randy Saborit Mora *


Guatemala (PL) Miguel Sisay fue uno de los sobrevivientes del conflicto armado interno (1960-1996), y su padre y un hermano forman parte de los 250 mil asesinados o desaparecidos en aquel cruento período por fuerzas de seguridad, según estimados de grupos humanitarios.
Sisay es oriundo del municipio de Santiago Atitlán, del departamento de Sololá, y quiso compartir con Prensa Latina algunas de las vivencias de aquella contienda, en la cual Efraín Ríos Montt y José Rodríguez fueron los autores intelectuales de la matanza de mil 771 indígenas, acorde con las pruebas presentadas por el Ministerio Público.

En Santiago Atitlán, evoca, la mayor parte de las familias estuvieron involucradas, con uno o más miembros en aquella conflagración.

"Muchos de los planteamientos de la guerrilla del Movimiento Revolucionario los hizo suyo el pueblo de Santiago Atitlán porque luchaban por resolver problemas como la tierra, la miseria, la educación, la discriminación, la explotación y la injusticia vivida en este país durante cientos de años".

Afirmó que como pueblo han sentido desde las botas de los conquistadores españoles hasta las de los militares en el último tiempo, que "nos han oprimido y obligado a hacer carreteras y a trabajar por una migaja".

En su opinión, la terrible situación enfrentada por los ciudadanos hizo que se identificaran con los objetivos del Movimiento Revolucionario, y precisó que muchos de los que constituían el movimiento guerrillero eran estudiantes, campesinos y obreros.


"No fue una guerra a locas, ni fuimos carne de cañón, como dicen algunos. Fuimos plenamente conscientes de que podíamos pelear por un mundo mejor", aclaró, quien en campaña ejerció como sanitario y también entonó melodías.

Recuerda que entró en la vida combativa como músico de la revolución y en un grupo produjeron mucho material musical que relataba, denunciaba la represión, las masacres cometidas por el Ejército durante el enfrentamiento.

Al preguntarle si podía vocalizar algún fragmento de una de esas canciones de denuncia, tarareó: "Ejército asesino fuera del poder", y al respecto sostuvo que primero cantaban: "Ejército asesino fuera del Quiché" debido a que fue ese uno de los departamentos más afectados por las matanzas.

"Fueron muchos los exterminios a aldeas, pueblos completos y nosotros denunciábamos todo esto e instábamos a los militares a salir de las comunidades", rememora lo ocurrido durante la década de los años 80, mientras estuvo en la guerrilla.

¿También tuvo que tomar las armas?

"Claro que sí, estuve en el Ejército Guerrillero de los Pobres, en el frente Ernesto Che Guevara, más o menos siete años desde fines de los 70.

¿Y sus padres qué decían sobre su decisión de pelear?

"No tuve comunicación con mis padres durante mi tiempo en la guerrilla. A mi padre Salvador Sisay me lo asesinaron paramilitares en Santiago Atitlán por el hecho de que dos de mis hermanos estábamos en la guerrilla. Uno de ellos, Cruz Regino, lo mataron en combate.

A Miguel se le hace un nudo en la garganta y los ojos se le nublan, sin embargo, encuentra fuerzas para remarcar esto: "sabíamos que no era fácil, claro que nos duelen tantas muertes de personas tan cercanas".

Reacciones similares son las que pudieran experimentar tantos familiares que lamentan la liquidación de seres queridos en la guerra civil de 36 años, mientras todavía hoy miles de los cuales ni siquiera se sabe donde están sus cuerpos.

Organizaciones pro derechos humanos de Guatemala pidieron la renuncia o destitución del secretario de la Paz y presidente de la Comisión Presidencial para los Derechos Humanos de Guatemala, Antonio Arenales.

Los manifestantes también demandaron la elaboración y ejecución de una política de derechos humanos coherente con las obligaciones Internacionales del Estado, expresa un comunicado al cual accedió Prensa Latina.

El documento lo rubricaron agrupaciones como la Congregación del Inmaculado Corazón de María, la Fundación Memoria Viva Héctor Interiano, la Fundación Myrna Mack y Serge Berten comité, días después de enviar una carta al presidente Otto Pérez Molina, a quien le exigieron el cumplimiento de las sentencias emitidas por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.

Arenales es señalado de ser el artífice de acciones como el cierre de los Archivos de la Paz y se le acusa de entrometerse en el accionar del poder judicial al negar que durante la guerra civil guatemalteca se perpetraron desapariciones forzadas y genocidio, un crimen por el cual se procesa al exdictador Ríos Montt y a Rodríguez, su jefe de la inteligencia militar.

Familiares de las víctimas de esa contienda colocaron el 25 de febrero, frente a la sede del Congreso, la réplica de un osario y fotografías de sus seres allegados, entretanto el Grupo de Trabajo Contra la Desaparición Forzada en Guatemala protagonizó una manifestación en ese mismo lugar.

El director del Centro Internacional para las Investigaciones en Derechos Humanos, Jorge Santos, solicitó al presidente del órgano legislativo, Pedro Muadi, que la Junta Directiva ponga en agenda la iniciativa de Ley que prevé crear la Comisión Nacional de Búsqueda de Personadas Víctimas de Desaparición Forzada.

La Coordinación Genocidio Nunca Más expresó en un comunicado su satisfacción por el avance del caso por genocidio contra los exmilitares Ríos Montt y Rodríguez.

Sin embargo, los firmantes de esa agrupación social consideraron que los avances en materia de justicia en Guatemala son pocos en comparación con la barbarie cometida por agentes del Estado durante el conflicto armado.

De acuerdo con la nota, "el gobierno presidido por un militar (Otto Pérez Molina) ha militarizado las instituciones del Estado, ha detenido aquellas acciones que conllevan la recuperación de la memoria, el esclarecimiento de la verdad y la promoción de la justicia".

Los inconformes instaron a los ministerios Público y de Gobernación (Interior) a retomar la búsqueda del general Luis Enrique Mendoza, prófugo de la justicia desde octubre de 2011, también sindicado de genocidio.

Asimismo, exhortaron a los jueces del Tribunal de Sentencia de Mayor Riesgo a no dejarse amedrentar por presiones de sectores que desean que prevalezca la impunidad en esta nación y exigieron a las autoridades brindar seguridad a los magistrados, fiscales, peritos, testigos y querellantes involucrados en el caso contra Ríos Montt y Rodríguez.

El Día Nacional de la Dignidad de las Víctimas de la guerra civil se celebra en Guatemala desde el 25 de febrero de 1999, cuando la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de la ONU divulgó el informe referido a las violaciones de los derechos humanos cometidas durante 36 años en este país centroamericano.

*Corresponsal de Prensa Latina en Guatemala.

arb/rsm






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