jueves, 8 de marzo de 2012

Opinión: Ocho de marzo

Opinión: elperiodico.com.gt

Ocho de marzo

Las condiciones difieren muy poco de la época de la esclavitud.
Miguel Ángel Albizures
Como otros años, las diferentes organizaciones de mujeres guatemaltecas y del mundo se preparan para conmemorar el Día Internacional de la Mujer surgido de sus propias luchas y reivindicaciones. En muchos países es de celebraciones, en Guatemala sigue siendo de dolor, de luto y también de lucha por el respeto a sus derechos y porque se pongan fin al femicidio que alcanza cifras escalofriantes y a la agresión física y psicológica contra ellas que se produce en todos los sectores sociales.

Las cifras del 2011 que recién dio a conocer el representante en Guatemala del Alto Comisionado de Naciones Unidas en Derechos Humanos, reflejan la ausencia en investigación y de aplicación de la justicia, pues de 11 mil 318 que las mujeres se atrevieron a presentar por violencia contra ellas, solo se conocen resultados de 144 lo cual indica el alto grado de impunidad que prevalece en el país. Hay que tomar en cuenta que por temor a represalias o por su desconfianza en el sistema de justicia, muchas mujeres guardan silencio o hay que lamentar casos como el de Cristina Siekavizza o las muertes violentas en estos 2 meses de 2012, que amenazan con superar la cifra del año anterior, pues solo en el departamento de Quetzaltenango siete mujeres han sido asesinadas.

A ello hay que agregar las muertes maternas y los altos grados de desnutrición en el agro que también provocan la muerte y cuya responsabilidad es del Estado y de los gobiernos que no han sido capaces de enfrentar al poder económico para obtener los recursos necesarios e invertir en programas sociales, fundamentalmente en salud y educación en el agro, donde las mujeres están abandonadas a su suerte. Hace poco se suicidó una niña de once años en La Brigada, zona 7, y una joven de 17 años en La Terminal, y no es raro que estos hechos tengan que ver con la desesperante situación económica que viven las familias. Si estos hechos y las cifras escalofriantes no nos conmueven, creo que no hay nada que haga cambiar a esta sociedad que pasivamente acepta la violencia que se cierne sobre las mujeres, niñas, adolescentes y adultas.

En este Día Internacional de la Mujer, hay que preguntarle a las que trabajan en las maquilas o en las casas particulares, ¿Qué trato reciben y en qué condiciones realizan sus labores? ¿Cuál es el salario que les pagan y si tienen prestaciones?, pues en la mayoría de fabricas no pagan un salario digno, el horario es agotador y las condiciones difieren muy poco de la época de la esclavitud.

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